martes, 30 de septiembre de 2014

El Ayuntamiento de Vitoria- Gasteiz finalmente ha destruido la obra de La Inocencia Lo Inesperado.

 
 

Su autor, Imanol Marrodán declara renunciar oficialmente a su autoria dadas las actuales condiciones en las que se encuentra.

 

 
Pues sí, me parece adecuado que renuncies a la autoría “oficial” de La Inocencia. Lo Inesperado, tras tantos años y hastiado de reclamar ante un Ayuntamiento totalmente insensible.

Me parece bien, pues con ello echas sobre los hombros de todas y todos los y las demás creadores y creadoras artistas –al menos las y los locales–, la responsabilidad de lo que está sucediendo desde las políticas públicas con respecto a las obras que están en los espacio públicos:  tu obra y  la de muchas otras y otros. Sin embargo dudo que a medio plazo, la tarea que nos impones que entiendo es la de “velar por la integridad moral y física de las obras” obtenga algún tipo de resultado, pues es conocido por todo el ámbito creativo local, su ausencia y por lo tanto la incapacidad que tiene para sostener su propia presencia y representación.

Sí Imanol, recuerdo casi con nostalgia – y es que los años me van haciendo sacar la lágrima con una mayor fluidez – la respuesta que dimos desde la ahora ya extinta “Asamblea Amarika” aprovechando que a tí te había dado –eso sí, unilateralmente– por encaramarte a tu escultura; decíamos en un comunicado ad hoc estar solidariamente contigo; recuerdo también, como aprovechábamos en el mismo comunicado para recordar a la opinión pública el “continuado incumplimiento” de aquel acuerdo municipal del 23 de noviembre de 1999, que obliga a destinar una parte del presupuesto de toda obra pública (el equivalente al 2% de la aportación económica del Ayuntamirnto a la misma) a la adquisición de arte para el espacio público. “¿Hasta cuándo seguirá  el Ayuntamiento –nos preguntábamos dando la espalda a su propio acuerdo? ¿Cómo se ha aplicado, o cómo se va a aplicar en obras públicas como el aparcamiento subterráneo de la plaza Amarica?”, aprovechábamos además  para censurar que en el caso de las adquisiciones siempre se efectuaban en forma de esculturas, lo que a nuestro juicio era  …”una visión “caduca e injusta” del arte público. A+A reclama la apertura de los concursos a otras prácticas “sean objetuales o no”: fotografía, videoarte, arte conceptual, arte del cuerpo, arte del lenguaje, poesía visual, performance, happening…”. Y finalizábamos diciendo: “No más discriminaciones públicas a estas prácticas artísticas”.

Fíjate, cuanto tiempo parece que ha pasado, casi un siglo y sin embargo solo han sido tres años. Pero es que el tiempo yermo en el que ha caído la cultura y nuestra ausencia colectiva de respuesta durante estos años, es lo que tiene…, que nos envejece.

 

 
 

No hay comentarios: