Cultura y
Artium.
Visto para sentencia.
Hace unos días, el 17 de Julio se ha
celebrado el primero de los juicios que tendrán lugar ante la denuncia interpuesta por parte
de las trabajadoras del Departamento
de Educación y Acción Cultural (DEAC) de Artium y ante la situación de permanente
inseguridad laboral y precariedad en la que se encontraban y para reivindicar sus
derechos como educadoras.
Me pareció que ante la gran sequía y ausencia
de respuestas durante los últimos años por parte de los “agentes sociales” ante
el ataque contra la cultura y la educación que se está realizando en nuestro
entorno y en otros por la derecha privatizadora, la protesta y acción de estas
trabajadoras era un guiño a la cordura que me gustaría apoyar.
Atendí, por
lo tanto, a la llamada de solidaridad y apoyo que las trabajadoras pedían a
través de su blog: acompañarnos
en el juicio. Queremos llenar la sala.
Asistí al juicio y voy a relatar mis apreciaciones. Tengo que reconocer
que antes de dar a luz esta opinión he esperado a que las propias trabajadoras
publicaran su propio comunicado.
…”¿Necesita reducir los costes de
personal?
Ofrecemos calidad de servicio y ahorro de costes”…
Este
debe de ser el anuncio que debieron de leer los patronos del PP de la fundación Artium a la hora de diseñar el Departamento de
Educación de Artium. El anuncio es real.
Eulen, Manpower o Stendhal son empresas
privadas especializadas en ofrecer servicios auxiliares en lo que deberían ser
puestos de trabajo continuados y claramente públicos
Estas
empresas especializadas, como por ejemplo Stendhal, se ofrecen a la gestión de
museos y espacios culturales en todo el mundo y como bien explica en sus
propios anuncios sirve, entre otras cosas, para reducir los costes de personal.
En ese juego de la precariedad laboral está la fundación Artium.
Según las
propias trabajadoras, la precariedad se concreta en que las educadoras llevan trabajando durante
años bajo diferentes figuras que rompen su propia vida laboral, es decir, como
falsas autónomas y como subcontratadas por empresas de servicios. “Nuestra condición
de trabajadoras se disfraza con la denominación de ‘colaboradoras’ denunciaban
hace unos días, cuando en realidad lo que hacemos es poner en relación
pedagógica a diferentes sec
tores de la población (público en general;
profesorado y alumnado de la enseñanza formal y no-formal; y diversos
colectivos de diferente tipología) con el Centro-Museo Artium”.
Parece
que sus condiciones laborales, totalmente inestables e inseguras, han ido
empeorando con el tiempo y que incluso se las ha obligado a pasar por diferentes
fórmulas que han intentado camuflar, lo
que parece evidente: su relación laboral por cuenta ajena (es decir, su
relación laboral con Artium).
El
fraude, pues así no dudó en denominarlo el abogado de la defensa de las educadoras,
está en que las trabajadoras pagan la parte social que le corresponde a la
empresa, y acaban en una suerte de prestamismo laboral y todo ello a pesar de
que la Fundación Artium, opera con fondos mayoritariamente públicos.
Para la Fundación Artium no figuran en sus nóminas las
alrededor de sus veinte educadoras. Es curioso como por la Fundación Artium se
obliga a su Departamento de Educación y Gestión Cultural, pienso que de manera
vergonzosa incluso para el propio Departamento, a estar únicamente constituido
por la propia Responsable
del Departamento de Educación y por su
Coordinadora pero no por las propias trabajadoras que desarrollan su trabajo que lo hacen
incluso codo a codo con las becarias, y sobre los centros de enseñanza a los
que se dirigen. Para la fundación Artium estas trabajadoras es como si no
existieran. Artium,
no tiene educadoras pues se considera que es un trabajo “a demanda”.
La situación es tan grave que a estas educadoras,
por otro lado, en el colmo del cinismo laboral, se las exige una disponibilidad
total. Sin embargo, la Fundación no les quiere reconocer incluso ni el lugar,
ni el espacio físico en el que trabajan, pues eso vendría a demostrar que
trabajan por cuenta ajena. Gran parte de la vista se dedicó a saber si estas educadoras
tiene una balda o no, en un espacio en común con Artium, en dónde dejar sus
carpetas...
La
flexibilización de las condiciones de trabajo, el fraude, el chanchullo, llega
a tal extremo que en ese intento de
abaratar la fuerza de trabajo, primero se las hace constituirse en autónomas y
cuando sus servicios alcanzan a estar cerca de los 18000 euros se les hace
contratar por una Empresa de Servicios Auxiliares. Si rebasaran esos 18.000
euros anuales habría que sacar esas
plazas a concurso público. La norma interna de la Fundación Artium, parece que
quedó demostrado, obliga a las educadoras
a ser contratadas por actualmente
Stendhal y en otros momentos por
Manpower o Eulen.
La pelea está en decidir si hay relación
laboral. Si la hubiera se entraría en el capítulo de despidos.
Y este es el marco en donde se encuentra
y se ha llevado a la cultura y a la educación plástica en Álava. Vista para
sentencia.
José Cos
(Más información http://nosotrasdenunciamos.wordpress.com/
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