domingo, 1 de septiembre de 2013

             Cultura y Artium. 
        Visto para sentencia.
 
Hace unos días, el 17 de Julio se ha celebrado el primero de los juicios que tendrán lugar ante la denuncia interpuesta por parte de las trabajadoras del Departamento de Educación y Acción Cultural (DEAC) de Artium y ante la situación de permanente inseguridad laboral y precariedad en la que se encontraban y para reivindicar sus derechos como educadoras.
Me pareció que ante la gran sequía y ausencia de respuestas durante los últimos años por parte de los “agentes sociales” ante el ataque contra la cultura y la educación que se está realizando en nuestro entorno y en otros por la derecha privatizadora, la protesta y acción de estas trabajadoras era un guiño a la cordura que me gustaría apoyar.
Atendí, por lo tanto, a la llamada de solidaridad y apoyo que las trabajadoras pedían a través de su blog: acompañarnos en el juicio. Queremos llenar la sala.
 
Asistí al juicio y voy a relatar mis apreciaciones. Tengo que reconocer que antes de dar a luz esta opinión he esperado a que las propias trabajadoras publicaran su propio comunicado. 
       …”¿Necesita reducir los costes de personal?
   
    Ofrecemos calidad de servicio y ahorro de  costes”…

Este debe de ser el anuncio que debieron de leer los patronos del PP  de la fundación Artium  a la hora de diseñar el Departamento de Educación de Artium. El anuncio es real.
Eulen, Manpower o Stendhal son empresas privadas especializadas en ofrecer servicios auxiliares en lo que deberían ser puestos de trabajo continuados y claramente públicos
Estas empresas especializadas, como por ejemplo Stendhal, se ofrecen a la gestión de museos y espacios culturales en todo el mundo y como bien explica en sus propios anuncios sirve, entre otras cosas, para reducir los costes de personal. En ese juego de la precariedad laboral está la fundación Artium.  
Según las propias trabajadoras, la precariedad se concreta  en que las educadoras llevan trabajando durante años bajo diferentes figuras que rompen su propia vida laboral, es decir, como falsas autónomas y como subcontratadas por empresas de servicios. “Nuestra condición de trabajadoras se disfraza con la denominación de ‘colaboradoras’ denunciaban hace unos días, cuando en realidad lo que hacemos es poner en relación pedagógica a diferentes sec tores de la población (público en general; profesorado y alumnado de la enseñanza formal y no-formal; y diversos colectivos de diferente tipología) con el Centro-Museo Artium”.
Parece que sus condiciones laborales, totalmente inestables e inseguras, han ido empeorando con el tiempo y que incluso se las ha obligado a pasar por diferentes  fórmulas que han intentado camuflar, lo que parece evidente: su relación laboral por cuenta ajena (es decir, su relación laboral con Artium).
El fraude, pues así no dudó en denominarlo el abogado de la defensa de las educadoras, está en que las trabajadoras pagan la parte social que le corresponde a la empresa, y acaban en una suerte de prestamismo laboral y todo ello a pesar de que la Fundación Artium, opera con fondos mayoritariamente públicos.
Para la Fundación Artium no figuran en sus nóminas las alrededor de sus veinte educadoras. Es curioso como por la Fundación Artium se obliga a su Departamento de Educación y Gestión Cultural, pienso que de manera vergonzosa incluso para el propio Departamento, a estar únicamente constituido por la propia Responsable del Departamento de Educación y por su  Coordinadora pero no por las propias trabajadoras que desarrollan su trabajo que lo hacen incluso codo a codo con las becarias, y sobre los centros de enseñanza a los que se dirigen. Para la fundación Artium estas trabajadoras es como si no existieran. Artium, no tiene educadoras pues se considera que es un trabajo “a demanda”.
La situación es tan grave que a estas educadoras, por otro lado, en el colmo del cinismo laboral, se las exige una disponibilidad total. Sin embargo, la Fundación no les quiere reconocer incluso ni el lugar, ni el espacio físico en el que trabajan, pues eso vendría a demostrar que trabajan por cuenta ajena. Gran parte de la vista se dedicó a saber si estas educadoras tiene una balda o no, en un espacio en común con Artium, en dónde dejar sus carpetas...
La flexibilización de las condiciones de trabajo, el fraude, el chanchullo, llega a tal extremo que en ese  intento de abaratar la fuerza de trabajo, primero se las hace constituirse en autónomas y cuando sus servicios alcanzan a estar cerca de los 18000 euros se les hace contratar por una Empresa de Servicios Auxiliares. Si rebasaran esos 18.000 euros anuales habría que  sacar esas plazas a concurso público. La norma interna de la Fundación Artium, parece que quedó demostrado, obliga a las educadoras   a ser contratadas por  actualmente Stendhal y en otros momentos por Manpower o Eulen.
La pelea está en decidir si hay relación laboral. Si la hubiera se entraría en el capítulo de despidos.
Y este es el marco en donde se encuentra y se ha llevado a la cultura y a la educación plástica en Álava. Vista para sentencia.
José Cos 

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