martes, 29 de abril de 2008

DESFALCO EN EL GUGGENHEIM

Cearsolo se aprovechó de la falta de control para destruir papeles antes de coger la baja
Un informe del museo revela que el ex director «arrancó hojas» relacionadas con el desfalco

IÑAKI ESTEBAN i.esteban@diario-elcorreo.com


Roberto Cearsolo, ex director financiero del Guggenheim y autor confeso del desfalco en el museo, «arrancó hojas» de los libros de contabilidad de las sociedades Tenedora e Inmobiliaria para supuestamente enmascarar el robo continuado de fondos entre 1998 y 2005, según se recoge en un informe interno elaborado por los propios servicios administrativos del museo. Al amparo de la falta de control, reconocida por el propio Vidarte, y al haber dejado éste en sus manos toda la gestión económica de la pinacoteca, Cearsolo pudo eliminar papeles que podían incriminarle, y lo hizo antes de coger la baja el 2 de abril.

Esta circunstancia demuestra, como ya adelantó EL CORREO, que estaba avisado del requerimiento de información contable del Tribunal de Cuentas, un oficio que llegó al museo un día después de que dejara de acudir al trabajo. «Se ha comprobado cómo la documentación financiera y contable relativa a las operaciones defraudatarias ha sido destruida o eliminada», añade el informe de control interno del Guggenheim, fechado el 11 de abril y al que ha tenido acceso este periódico.

Cearsolo también cambió a mano la numeración de las cuentas en los citados libros y destruyó o manipuló varios extractos bancarios. El reconocimiento de estas manipulaciones en la documentación contable arroja nuevas sombras sobre la propia confesión de Cearsolo, que cifró en 487.000 euros el desvío de fondos. Si el agujero real es el desvelado por su autor no tendría sentido alterar o arrancar hojas de los libros de contabilidad, salvo que estos datos difieran de los aportados por el acusado.

Clave de Internet

Según el informe, en los movimientos que Cearsolo reflejó en la carta dirigida a su inmediato superior «no figuran contabilizados cuatro extractos bancarios operados desde la Tenedora cuyo contenido habría supuestamente falseado». Sin embargo, en la confesión escrita por el ex director financiero se basa la denuncia del Guggenheim contra él, así como la convicción de su máximo responsable, Juan Ignacio Vidarte, y de la consejera de Cultura, Miren Azkarate, de que no van a salir más 'agujeros', según manifestaron en el Parlamento vasco el pasado miércoles.

En cuanto a las operaciones de 2005, Cearsolo utilizó la clave de Internet de la cuenta de la Tenedora para desviar 56.000 euros hacia un depósito bancario en el que aparece como titular, casualmente el mismo en el que se le ingresaba la nómina del Guggenheim. El 9 de marzo de 2004 tramitó una solicitud para que su disponibilidad de fondos de los haberes bancarios de ambas sociedades se ampliase hasta 600.000 euros. El ex director tramitó en persona esta petición «pese a carecer de cualquier tipo de poder» para ello, anota el informe. Los 138.000 euros restantes que sustrajo ese año fueron a parar a dos cuentas bajo investigación.

El documento interno del Guggenheim desvela también el método utilizado para 'inflar' la contabilidad de la Tenedora y ocultar así su continuado desfalco. El 6 de octubre de 2005 firmó unos activos financieros, denominados R.F.I. Plataforma y emitidos por la BBK, a nombre de la Tenedora por valor de 5.001.292 euros como «importe efectivo» y «valor de mercado», luego contabilizados en los libros de la sociedad con un asiento de 5.193.000 euros.

Además, en las cuentas presentadas ante el Registro Mercantil, las cantidades del cierre de 2004 no se corresponden con la apertura de 2005. Entre ellas hay un desfase de unos 40.000 euros a favor del comienzo del último ejercicio. Entre las partidas alteradas aparece una relativa a una operación de divisas de 770.512 euros hecha con el BBVA a finales de 2004 y de 771.888 al comienzo del siguiente año.

De su puño y letra

Cearsolo no incluyó en los libros de 2005 ninguna de las operaciones de desvío de dinero con las que se lucraba, falseaba el contenido de los extractos bancarios y «eliminaba físicamente cualquier rastro o referencia sobre los movimientos irregulares», detalla el informe elaborado por el Guggenheim.

En sus manipulaciones, el acusado introducía entradas contables cuando ya había terminado el ejercicio y no se preocupaba de cuadrar los números 'oficiales' de la Tenedora con los que presentaba al Registro Mercantil. «En este sentido -incide el informe- difieren los valores relativos a las cuentas de Tesorería, Cartera de Valores a Corto Plazo y Balance Abreviado».

Por último, el dossier señala que Cearsolo justificó dos cheques «con explicaciones que pudieran no ajustarse a la realidad». El primero, fechado el 1 de septiembre de 2004 por un importe de 360 euros, que «fue justificado por el Sr. Cearsolo», de su puño y letra, «como pago a M. Puertas». El segundo talón llevaba fecha del 27 de septiembre de 2001 y era de 46.000 pesetas, que se gastaron en el «traslado a la escombrera de elementos de la exposición» dedicada a Nam June Paik, el artista coreano que inventó el videoarte.

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